Es el elemento de expresión plástica más simple y de menor
tamaño. Los puntos pueden formar líneas por medio de la alineación y la
agrupación; las líneas planos y los planos forman volúmenes. El punto no tiene dimensión,
pero puede cambiar de tamaño y color, material o forma. Variando estos
elementos se pueden conseguir distintos efectos, como por ejemplo:
- Concentración:
los puntos están agrupados, pudiendo llenar total o parcialmente el campo
visual.
- Dispersión:
se consigue al poner los puntos separados de dentro a fuera.
-
Profundidad:
la posición, el tamaño y el color sugieren profundidad.
-
Movimiento:
se puede conseguir poniendo los puntos en forma de espiral.
- Tensión:
agrupando puntos en unas zonas o dispersándolos en otras. También se pueden
hacer zonas claras y zonas oscuras.
Muchos son los pintores que han utilizado la técnica del
puntillismo para realizar sus cuadros, que consiste en pintar a base de
pequeños puntos de color puro.
Esta técnica aparece por primera vez en 1888 con el pintor
francés Seurat.
Una de sus obras es: Un Domingo de Verano en, “La Grande
Jatte”, en este, contrasta puntos minúsculos de color, que al juntarse de
manera óptica forman una figura coherente en el ojo del que lo observa.
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